ChicamochaNews.net - Multilenguaje

viernes, 29 de marzo de 2019

Editorial Los otros karmas de los rovirenses


Cuatro incidentes con avionetas en el trayecto Bucaramanga – Málaga en una semana, dejan mucho que desear

Al pésimo estado y todos los peligros que representa para los rovirenses la carretera Málaga – Curos, se suman otros dos Karmas, si así se le puede llamar a esta clase de retos que tenemos que afrontar quienes vivimos en esta, la provincia más oriental de Santander.

Uno es el riesgo al robo, al atraco y hasta la muerte, si no entregamos lo que llevamos, al que tenemos que someternos quienes a menudo viajamos de Bucaramanga a Málaga o viceversa, por la ciudad de Pamplona. Desde el mismo momento que se sale de Pamplona hacia La Lejía, ya están ahí los atracadores esperando a sus víctimas para despojarlos del celular, de sus pertenencias y de cuanto centavo llevan. Pero si ese día de casualidad los ladrones de Pamplona están ocupados en otros quehaceres, no vaya a creer que se salva, porque entonces son los del páramo del Almorzadero los que los estarán esperando. No se le haga raro que lo atraquen en las dos partes.

Y entonces la pregunta que nos hacemos es: y, ¿dónde está la Fuerza Pública? ¿Hay Policía en Pamplona y en los municipios intermedios hasta Málaga? ¿No dizque hay un Batallón del Ejército Nacional en Pamplona, que además se llama García Rovira, al que muchos rovirenses han tenido que ir a prestar el servicio, aunque después no se lo devuelvan? ¿Entonces, por qué seguimos tan desprotegidos?

Pero, si el viajero quiere evitar los karmas de las vías Málaga – Curos y Bucaramanga – Pamplona – Málaga, le queda un tercero, si es que tiene la comodidad de pagar un costoso pasaje aéreo. Entonces aquí el sufrimiento es que la avioneta no se vaya a caer, o que cuando llegue a Málaga la pista no esté ocupada por vacas, caballos o transeúntes, disfrutando de toda una pista para ellos solos.

Y quiero detenerme en este punto, porque muchos malagueños y rovirenses no se enteraron que, durante la semana del 18 al 24 de febrero de este año, NO FUERON DOS, SINO CUATRO LOS INCIDENTES PRESENTADOS CON LAS AVIONETAS QUE PRESTAN EL SERVICIO ENTRE MÁLAGA Y BUCARAMANGA. Esto lo confirmamos con uno de los pasajeros que vivió las dos primeras situaciones, las que no se hicieron públicas. Se trata de un reconocido comerciante de Málaga, (que nos pidió mantener su nombre en reserva), quien viajaba el martes 19 de febrero de Málaga a Bucaramanga, pero cuando iban en determinado punto del recorrido, la aeronave tuvo que desviarse al aeropuerto Los Pozos de San Gil, por razones que aún se desconocen. Según nuestro contacto, ellos tuvieron que esperar en San Gil unas dos horas, para que otra aeronave los recogiera y los llevara hasta la ciudad de Bucaramanga.

Al día siguiente, miércoles 20 de febrero, el mismo comerciante viajó de regreso de Bucaramanga a Málaga, con tan mala suerte que cuando llegaron, tuvieron que dar varias vueltas para poder aterrizar, según él, debido a que había dos semovientes en la pista y ninguna persona estaba atenta a despejarla. La situación llegó al punto que el piloto les informó que, si a la siguiente vuelta no podía aterrizar, tendría que regresar con ellos a Bucaramanga.

El tercer caso sucedió apenas dos días después, el viernes 22 de febrero, cuando la aeronave monomotor de matrícula HK4986, que iba de Málaga a Bucaramanga tuvo que aterrizar de emergencia en un potrero de la Mesa de los Santos. El alcalde de Carcasí, Germán Eugenio Jurado, quien viajaba en esa avioneta, atribuyó el éxito de la operación a la pericia del piloto. En esa oportunidad se dijo que la emergencia se debió a fallas en la bomba del combustible.

El cuarto incidente fue con la avioneta Seneca bimotor de matrícula HK5152 que llegaba de Bucaramanga al aeropuerto Jerónimo de Agüayo de Málaga, a la que no le alcanzó la pista y fue a parar muy cerca de la malla que separa el aeropuerto de la carretera Troncal Central del Norte.

Uno de los bomberos que acudió a atender la emergencia, y que nos pidió reservar su identidad, nos reveló que el piloto les había manifestado que los frenos del aparato no respondieron. Lo que sí pudimos constatar, es que varios técnicos llegaron de Bucaramanga en otra aeronave y se encontraban revisando el aparato.

Por fortuna, estas situaciones no se convirtieron en tragedia. Recordemos que el 24 de diciembre de 2014, un pequeño avión con 7 pasajeros que cubría la ruta Bucaramanga – Málaga, se estrelló en inmediaciones de la Mesa de la Santos, muriendo todos sus ocupantes. Cuatro años antes, otro pequeño monomotor que cubría la ruta Bucaramanga – Málaga se precipitó a tierra en las goteras de Málaga, también con saldo trágico y la historia relata de otros dos accidentes graves en el mismo aeropuerto de Málaga.

Una funcionaria de la empresa ASES, a la que pertenecen las aeronaves de los incidentes, nos manifestó que la empresa estaría emitiendo un comunicado oficial, informando sobre las situaciones registradas, pero este comunicado nunca nos llegó.

Otra denuncia que sí nos llegó a esta redacción, está relacionada con la venta de tiquetes para vuelos posteriores, los que no se han podido utilizar porque la aerolínea está fuera de servicio, no sabemos si será por falta de aviones en buen estado o por alguna sanción de la Aerocivil. El caso es que una señora fue a que le devolvieran el dinero de su pasaje y le dijeron que solo lo harían cuando la empresa reanude el servicio. (¿?)