Una cosa es que  nuestros antepasados santandereanos tuviesen alguna fama de pendencieros,  supuestamente esgrimiendo armas blancas, como se le conoce a los cuchillos y  machetes, y otra muy distinta que el gobierno colombiano sea "cuchillero". Yo no  me puedo imaginar al gobierno del presidente Juan Manuel Santos Calderón,  lanzando puñaladas a diestra y siniestra.
Sin embargo, los  gobiernos pseudo socialistas de Centro y Sur América, le vienen haciendo sendas  acusaciones:
Primero fue el presidente  de Venezuela, Nicolás Maduro, quien dijo la semana pasada que el mandatario  colombiano, Juan Manuel Santos, "le  asestó una puñalada por la espalda a Venezuela", en referencia a su  encuentro con el ex candidato presidencial Henrique Capriles en Bogotá.
En esa oportunidad,  durante un acto transmitido por la televisión  oficial, Maduro dijo "dudar de la sinceridad del presidente Santos. Lo digo con  dolor", resaltó.
Además, aseguró tener  "dudas de continuar o no" en el proceso de paz entre el gobierno colombiano  y el grupo guerrillero de las FARC, porque insistió en que el acuerdo al que  llegaron el fallecido presidente Chávez y Santos "fue violado por el  gobierno colombiano".
Todo lo anterior, porque  el presidente de Colombia recibió en la Casa de Nariño a Capriles, quien  también estuvo en el Congreso de la República, como lo puede hacer cualquier  integrante de la oposición de cualquier país del mundo.
Sin embargo, en su  momento Maduro dijo que seguiría evaluando sus relaciones con el gobierno  colombiano, las que, en vez  de mejorar,  se han venido deteriorando en los últimos días, a raíz del infortunado anuncio  del presidente Santos de "buscar el ingreso de Colombia a la OTAN".
Pero las supuestas "puñaladas  del gobierno colombiano" no pararon ahí, y fue así como el presidente de  Nicaragua, Daniel Ortega,  también criticó a Santos por esa intención, advirtiendo que, "es una puñalada al corazón de los pueblos  de nuestra América. No le encontramos ni pies, ni cabeza".
Pero el presidente nicaragüense no se quedó ahí y recordó  que la OTAN "es conocida por bombardear, asesinar y destruir a otros pueblos".Otro que terció en el asunto, aunque no habló de puñaladas, fue el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien se preguntó: ¿para qué Colombia pide ser parte de la OTAN, para agredir a Latinoamérica, para someterla, para que nos invadan los de la OTAN, como han invadido en Europa y en África?".
El caso es que el presidente Santos se dio cuenta de su error y mandó al Ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón a "desembarrarla", para lo cual leyó un comunicado, con el que aclaró que Colombia va a "suscribir" con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) un acuerdo para "iniciar todo un proceso de acercamiento, de cooperación, con miras también a ingresar a esa organización".
El ministro admitió que hubo un problema de "precisión" en torno a este asunto, y aseguró que el gobierno es consciente de que Colombia no puede ser miembro de la Alianza Atlántica, por razones geográficas, pero sí quiere ser un "socio" extra-OTAN, como lo son Israel, Egipto, Corea del Sur o Japón, o lo fue Argentina bajo el gobierno del ex presidente Carlos Menem, en su alineamiento con Estados Unidos.
La OTAN también aclaró que Colombia no cumple con los requisitos geográficos para ingresar en un futuro a este organismo internacional.
El hecho es que al gobierno colombiano no le ha ido muy bien con sus vecinos en las últimas semanas, poniendo de paso, en alto riesgo, el proceso de paz con las FARC, que ya surtió su primer acuerdo, en lo relacionado con el sector agrario.
En este momento la expectativa es grande, por las reacciones que se podrían venir por parte de Venezuela y sus aliados.
 
 
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