EDITORIAL

"Los campesinos no quieren seguir llevando del bulto"

El polvorín en que se ha convertido la región del Catatumbo, en Norte de Santander, podría reventar también en otras regiones, de acuerdo al inconformismo que se ha generalizado en todo el país, a raíz de las políticas agrarias del gobierno Santos y especialmente como consecuencia de unos Tratados de Libre Comercio, TLC, improvisados y activados alegremente, sin tomar medidas de choque, ni mucho menos preparar a los ya descalabrados productores agrarios para amortiguar las consecuencias.

Definitivamente, parece que al Presidente Juan Manuel Santos nada le estuviera saliendo bien, no existen funcionarios que pongan la cara y sepan manejar las situaciones, se ha visto con las consecutivas escachadas de ministros como el de Defensa, Juan Carlos Pinzón, que sale a los medios a decir cualquier cosa, luego de los ataques a las tropas militares o a la Policía o ahora al personal del INPEC, que también se ha convertido en blanco de la subversión.

Ni qué decir del Ministro del Interior Fernando Carrillo, quien debido a su inexperiencia sale a hacer señalamientos que se constituyen en gasolina para los movimientos populares, cuyos protagonistas están justificando sus protestas. Tampoco el "nuevo funcionario" del gobierno central, el ex alcalde Lucho Garzón, ha podido justificar su sueldo.

El mismo Presidente, en vez de encarar la situación se va para Lausana Suiza con un avión lleno de periodistas a "gestionar" los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2018 para la ciudad de Medellín, en medio de un despliegue publicitario que debió costarle muy caro al país, para finalmente devolverse con los crespos hechos, porque definitivamente casi nada le está saliendo bien al mandatario, quien al conocer la determinación del Comité Olímpico Internacional se limitó a decir: "Buen trabajo Colombia y Medellín buscando sede de Juegos Olímpicos de la Juventud 2018. Seguimos unidos tras nuestras otras metas deportivas".  Como diría alguien, "se van de rumba mientras el país se derrumba".

Y es que ya existen otras regiones como García Rovira, donde las organizaciones campesinas -vienen programando reuniones y encuentros para los próximos meses, con el fin de analizar la situación de los trabajadores del campo y buscar reivindicaciones, evidenciadas en convocatorias como esta:

"La fundación de derechos humanos Joel Sierra, seccional Santander oficina Valentín Basto Calderón, la corporación para la paz, el desarrollo y la protección ambiental en la eco región del Chicamocha y el Arauca- CODEPAM con alianza de  organizaciones sociales como AGROVIDA, ASONALCA, ORGANIZACIÓN DE MUJERES, ASOJUNTAS, EDUCADORES, ESTUDIANTES, LAS UNIVERSIDADES, LOS SACERDOTES, LOS PERSONEROS, MEDIOS DE COMUNICACIÓN ALTERNATIVOS Y UNIDAD DE VICTIMAS, de las provincias GARCIA ROVIRA Y PAMPLONA, convocan al FORO REGIONAL DE DERECHOS HUMANOS,  PAZ  Y  DESARROLLO AGRARIO INTEGRAL para  buscar  alternativas concretas a la gran crisis del campo y los centros urbanos golpeados por el olvido estatal, el abandono progresivo de la agricultura, la migración de la juventud, el empobrecimiento, el impacto de los TLC, el desempleo, la drogadicción en las ciudades, la contaminación y el mal uso de los suelos, la perdida de la biodiversidad, la amenaza de la locomotora minera, la invasión de semillas transgénicas, la impunidad de los crímenes de la guerra sucia, la violación de los derechos humanos en el campo de la salud convertida en un simple negocio, la proliferación de enfermedades, la corrupción y la carencia de todo tipo de subsidio a la producción agrícola".

En este momento son muchos los rumores sobre posibles movilizaciones de los gremios de cafeteros, de transportadores, de los lecheros, de los arroceros, en fin, de todos los sectores de la producción, cuya histórica crisis encontró el rebosamiento de la copa con los improvisados TLC, que están beneficiando a los países con que se firmaron, pero no a Colombia.

Esperemos que el Presidente Juan Manuel Santos no se enfrasque solo en el proceso de paz y lidere seriamente el rumbo del país, no sea que en medio de su obsesión por lograr la paz, los aspectos sociales, económicos y de seguridad terminen generando una crisis general.